con un puñal en el pecho.
No lo conocía nadie. ¡Cómo temblaba el farol!
Madre.
¡Cómo temblaba el farolito
de la calle! Era madrugada. Nadie
pudo asomarse a sus ojos
abiertos al duro aire. Que muerto se quedó en la calle
que con un puñal en el pecho
y que no lo conocía nadie.