Esencial como el aire
estás ahí siempre,
notable espectador,
Compartes mis lugares.
Te tengo. Eres perpetuo.
Si tiendo la mano
te encuentro mío,
solícito, amigo, compañero.
A tu lado me levanto cada día
y no me pides nada.
Siempre en silencio,
humilde, no pretendes.
Apenas eres
lo que tengo al lado.
Con eso te conformas.
En el lecho
-antes del sueño-
te tomo entre mis manos,
delicado y noble,
sutil y profundo.
No podría estar si ti
y no lo sabes,
querido,
muy querido
libro mío.