Toda una temporada bajo la ducha borrando el rastro de tus besos los días interminables el invierno, nosotros cazadores de penumbras. La sangre de lo asesinado la boca de humo los ojos cerrados soñando, el vapor del agua caliente el calor/color de tu desnudo en el vidrio empañado que todo lo lava el agua gran cobra de cristal que me envuelve, el agua. Por exceso de haberte amado vos mi esencia de hojas de menta dejo correr gotas precipitadas hacia los mallines de la razón para hacer posible una tarde nueva en la memoria, nuevo parque nuevo portal al cielo de tus manos ciñendo (y empezar de nuevo).

Agua santa es la que necesito en este fin de la historia donde ya no hay infierno y desnudarte que comenzaba la tarde naranja la mirra encendida, el vino alemán, un crimen en las palabras. Preguntar por toda vos en mi libro inédito cuando estabas tan abrazada toda dispuesta al sacrificio del verbo en rojo, amor en giros concéntricos, cubierta de nubes aún está la habitación (y empezar de nuevo)

(y empezar de nuevo).



No ha habido luna mejor en la tierra. Desierto sin color que genera su propia existencia de flor aromática.

Un hombre y una mujer.

Gran cobra de cristal deslizándose.

Las páginas en blanco por desandar.



No ha habido luna mejor en la tierra que vos...