Tu recuerdo se enreda a mi alrededor como una manta
cobijándome del frío, brilla con mi cuerpo en el silencio mojado
de esta tarde en la que te escribo, en la que puedo hacer nada más que pensarte
y decir tu nombre en secreto, para dentro de mi boca
envolviéndolo en el recinto de mis dientes,
mordiéndolo hasta gastarle las letras, hasta gastar tanto
nombre tuyo que me ha ido acompañando, para volver a revivirlo
arrullándome yo misma con tu voz y tus ojos,
meciéndome en este tiempo sin horas en que te quiero
en que amo cada minuto que ha quedado impreso en mi memoria para siempre.