Este íntimo tono de plácida dulzura
en que la luz deambula
desnuda
por la tierra

El sol niño que asoma su rostro sobre el lago

Los millares de flores amarillas danzando

A lo lejos
la leve línea azul de las colinas:
ala del cielo añil lamiendo el agua

Un trino de cristal quiebra la transparencia

La quietud crece como un ramaje deslumbrante

¿Es verdad tanta luz?

La derramada línea del silencio oculta otra verdad:
ese ciego terror:
el agudo punzón de los silencios
la arruga que se extiende sobre la piel del lago
la hoz del labrador que en un instante oscuro
cambia de dirección
el ramo más hermoso de flores amarillas
que las vacas destrozan en su hocico babeante

Entonces nada queda:
acaso la mirada
perdiéndose en el agua.