Niños de una edad futura,
Al leer esta página indignada,
Sabed que en un tiempo pasado,
¡Al Amor, al dulce Amor, se le creyó un crimen!

En la Edad del Oro
Libres del frío del invierno,
Joven y doncella, brillantes
a la luz sagrada,
Se deleitan desnudos bajo los rayos del sol.

Una vez, una joven pareja,
Llena de tierno cuidado,
Se encontró en jardín claro
Del que la sagrada luz
Recién había quitado las cortinas de la noche.

Allí, en el día naciente,
Sobre el pasto jugaron;
Los padres estaban lejos,
Los extraños no se acercaban,
Y la doncella pronto olvidó su temor.

Cansados con los dulces besos,
Acordaron reunirse
Cuando el silencioso sueño
Se mece en las profundidades del cielo,
Y los cansados viajeros lloran.

A su padre de blancas sienes
Volvió la clara doncella;
Pero él con su mirada amante,
Como el libro santo,
Estremeció sus delicados miembros con terror.

'¡Ona! ¡pálida y débil!
Háblale a tu padre:
¡Oh! el miedo tembloroso
¡Oh! ¡la triste inquietud
Que agita las flores de mi cabello cano!