No te engañes: no hay más que dos caminos.
Mas puedes escoger, así que deja
tu estameña y el cuenco de las gachas
y cúbrete en silencio de orgullosa
púrpura, suave lino, azul diadema,
o de húmedas guirnaldas palpitantes,
y avanza como un rey o como un toro
que inmolaran los flámines a Júpiter.
No te engañes: no hay más que dos caminos.
Y por los dos irás al matadero.