Un viento misionero sacude las persianas

no sé qué jueves trae

no sé qué noche lleva

ni siquiera el dialecto que propone



creo reconocer endechas rotas

trocitos de hurras

y batir de palmas

pero todo se mezcla en un aullido

que también puede ser deleite o salmo



el viento bate franjas de aluminio

llega de no sé dónde a no sé dónde

y en ese rumbo enigma soy apenas

una escala precaria y momentánea



no abro hospitalidad

no ofrezco resistencia

simplemente lo escucho

arrinconado

mientras en el recinto vuelan nombres

papeles y cenizas



después se posarán en su baldosa

en su alegre centímetro

en su lástima

ahora vuelan cómo barriletes

como murciélagos como hojas



lo curioso lo absurdo es que a pesar

de que aguardo mensajes y pregones

de todas las memorias y de todos

los puntos cardinales



lo raro lo increíble es que a pesar

de mi desamparada expectativa



no sé qué dice el viento del exilio.