ni palabras
ni huellas
ni recuerdos.
No tengo que negar
las escondidas entregas
que grabaron nombres
en mi cuerpo.
(Espejismos frágiles
donde refugié
angustias,
no tengo que borrarlos)
Clara y fresca
presencia del amor
que busqué afanosa
fue limpio tránsito,
y, como la primera vez,
al encontrarte,
nítida broté:
agua de manantial jamás tocada.