A principios doña Flor una mujer tradicional, casera, trabajadora y buena esposa tiene como primer marido a Vadinho;   un joven rubio, borracho, jugador,   apasionado, rumbero e infiel.

Este tipo de hombre solo podría haberse generado a una economía en la cual no este activa gran parte de la población.

Siendo estas personas ociosa y arrastradas hacia los vicios de la vida fácil: juegos de azar y apuestas para su subsistencia. Vadinho una persona adicta al juego y alcohol solo podría surgir en un entorno libre de responsabilidades tanto económicas como familiares.

Tras tener la seguridad de subsidencia por parte de su esposa, trabajando como profesora de cocina en su hogar, y no contar con responsabilidad   extras por la inexistencia de hijos, su ciclo de vida se basaba en la diversión en casinos, fiestas y burdeles.

Asimismo, este ritmo de vida de pésimo esposo era juzgado por familiares y amistades de doña Flor sin embargo cegado para ella.

Esto se debe al amor incondicional que doña Flor tenia hacia Vadinho y por los sentimientos de amor y pasión que este le brindaba aquellas noches de espontaneidad.

Por ello, fue este rutina de sexo y alcohol la que llevo a Vadinho hacia su muerte.

Tras morir en medio de un carnaval acompañado de mujeres y alcohol, Vadinho se convierte en un mártir para doña Flor siendo solamente recordado por sus apasionados momentos de amor mas no por sus infidelidades ni derroches de dinero en el casino.

Después de un largo periodo de luto guardado por doña Flor, conoce al Dr.

Teodoro quien se convierte en su segundo marido gracias a la estabilidad y seguridad que promete sin la existencia de un verdadero amor.

Dr. Teodoro esa un hombre completamente opuesto a Vadinho. Al ingresar al mercado laboral formal, este hombre estaba lleno de responsabilidades y seguía un estricto orden de su vida.

Al ser dueño de una farmacia artesanal y pertenecer a una banda de música clásica es capaz de brindarle la seguridad emocional y económica a doña Flor quien ahora era una mujer viuda y necesitada de compañía.

Sin embargo, este excedente de cualidades del Dr. Teodoro no fueron suficientes para contar con el pleno amor y fidelidad de doña Flor.

Su escasa habilidad en la cama e inexistencia de apasionamiento terminaron aburriendo a doña Flor quien se ve obligada a satisfacer sus necesidades de mujer mediante la ilusión de un fantasma de su difunto esposo.