Flora Tristán, de origen francés y peruano, fue una mujer que se caracterizó por luchar contra las injusticias sociales, siendo una de las primeras mujeres en sacar la voz en público abogando por los derechos de los obreros.

Su vida fue muy poco usual para la época (siglo XIX) ya que deja abandonado en Francia a su marido, y viaja a Perú en busca de sus antepasados, quienes la rechazan por lo que debe regresar a Francia siendo una “paria” que no es aceptada por la sociedad burguesa parisina.

De su matrimonio, nacen dos hijas, por las cuales debe luchar para poder recuperar su maternidad, cosa bastante complicada, ya que al dejar a su marido, también abandonó a las niñas.

Una de sus hijas es la madre de Paul Gauguin, famoso pintor post impresionista, cuya obra destaca en parte por la reproducción de paisajes y mujeres de Tahiti.

RESUMEN EL PARAISO EN LA OTRA ESQUINA - Mario Vargas LlosaPaul Gauguin tiene también un fuerte vínculo con Perú; a muy corta edad, su familia migra de Francia a Perú, donde se encuentran los antepasados de su madre y de su abuela Flora.

Años después, al regresar a Francia, Gauguin se convierte en marino, luego en agente de bolsa y finalmente en artista.

Es en el momento en que Gauguin se dedica a su verdadera pasión, la pintura, cuando su vida experimenta los cambios más radicales, viajando por gran parte del mundo, desde las Antillas, distintos países de Europa, donde vive con su amigo el pintor Vincent Van Gogh, para instalarse finalmente en la Polinesia, donde desarrolla la mayor parte de su producción artística.


Tanto Flora como su nieto Paul son seres apasionados que luchan por sus ideales.

Mientras Flora debe luchar contra una sociedad machista, en la que las mujeres no tienen derecho a expresión y deben estar sometidas a los hombres, Paul disfruta de su vida cargada de amantes y pasión.