Pascual, campesino oriundo de un pueblo de la provincia de Badajoz, autor de varios crímenes, pocos meses antes de su ejecución escribe su biografía mientras en la cárcel espera la muerte.

Es un hombre de carácter elemental, impulsivo y violento, ha nacido en un ambiente de extrema pobreza y sordidez, lo que quizá determinó una existencia signada por la desgracia, obsesión que lo ha torturado toda la vida.

Su infancia transcurre entre golpes y palabras violentas, junto a un padre colérico, agresivo, autoritario y alcohólico, una madre repulsiva e ignorante, desamorada, borracha y de costumbres livianas, opuesta a que Pascual concurriese a la escuela, y la cálida presencia de su hermana Rosario, un poco enfermiza, voluntariosa aunque dulce y tierna:

el único ser que comprende a Pascual, pero cuya precocidad facilita su perdición, pues termina prostituyéndose por influencia de Paco López el Estiran, quien vivirá a costa de ella. En Pascual nace entonces un odio violento y profundo contra aquél.

Mientras tanto, a los Duarte les nace otro hijo, Mario, especie de pequeño monstruo idiota que está impedido para hablar y caminar, que crece en medio del abandono, la burla y los maltratos de su propia madre y del amante de ella, don Rafael, de quien se sospecha que es hijo.

Mario viene al mundo el mismo día en que el padre de Pascual muere luego de una espantosa agonía causada por la mordedura de un perro rabioso.

El niño, que se arrastra por el suelo como una culebra, emite ruidos guturales como una rata, está sucio y descuidado, come lo que le arrojan, y a los diez años muere ahogado en una tinaja de aceite.

La madre no llora por el hijo muerto y Pascual comienza a odiarla desde ese entonces.

En el cementerio, luego del sepelio del niño, Pascual posee salvajemente a Lola, una muchacha del pueblo a quien desde hacia tiempo deseaba.

Lola queda embarazada y él, ilusionado por el hijo que viene, se casa con ella.


La felicidad parece acercarse a Pascual, pero al regreso del viaje de bodas, en una taberna hiere de tres navajazos a un parroquiano, y esa misma noche Lola aborta por haberse caído de la yegua que montaba. Pascual, enfurecido, apuñala al animal.

Al año Lola queda embarazada nuevamente, y vuelven a Pascual la serenidad y la esperanza. Pero antes de cumplir un año, el niño muere.

Abatido por esta tragedia, las fricciones con Lola y con su madre se hacen frecuentes. Abandona el hogar y pasa dos años errando por Madrid y La Coruña. Finalmente la nostalgia, la debilidad y el cansancio lo desbordan.

Cuando vuelve, se encuentra con que su mujer espera un hijo. Lola muere en forma extraña, pero antes le confiesa su infidelidad: el niño es del Estiran, el hombre que prostituyó a Rosario. Pascual busca a Paco López y cuando lo encuentra lo estrangula.

Por esta muerte, Pascual Duarte es enviado a la cárcel. Allí se le permite trabajar como zapatero, y vive ocupado y tranquilo.
Reducida la pena por buen comportamiento, a los tres años es puesto en libertad.

Pero esto es negativo "...y me soltaron; me abrieron las puertas; me dejaron indefenso ante lo malo [...] Y creyendo que me hacían un favor, me hundieron para siempre".
Pascual vuelve a su casa en medio de la indiferencia de todos.

Nadie lo espera. Su madre no se sorprende. Rosario sigue llevando su vida de prostitución. En su soledad, Pascual piensa con nostalgia en la cárcel.

Su hermana, sin embargo, siempre leal a él, le ha encontrado novia, Esperanza, una guapa muchacha que lo atrae y con quien congenia. Ilusionado de nuevo, termina casándose con ella.

Pero esta dicha dura poco en el ex presidiario. Su madre, "como un buitre", intenta entorpecer y envenenar esta nueva relación.
Desesperado por tantos sufrimientos, en Pascual surge la idea de eliminar el obstáculo que se opone a su felicidad.

Piensa que aquella mujer ya no es su madre, sino el peor de sus enemigos, y a sangre fría, medita y prepara el crimen. Así, en la noche escogida, le atraviesa el cuello con un puñal. Después huye hacia el campo.

Reflexionando en la cárcel, mientras escribe, Pascual Duarte no se arrepiente de haber matado a su madre, no cree haber cometido un acto monstruoso y tampoco le importa, simplemente ha cumplido su destino.

Por otra parte, fue el único odio alimentado durante toda su vida, tanto, que logró integrarlo completamente a ese sino trágico que rigió siempre su existencia.

Inteligente en su estructura, compleja en el análisis de las motivaciones que impulsan a su protagonista, extensivo a toda naturaleza y condición humana, La familia de Pascual Duarte es una obra maestra en su género, tanto desde el punto de vista formal como de contenido.