En la aldea de pescadores de San Andrés vivían tres hermanos: Nicolás, el fuerte y grave, Roque, el blandón y alegre, y Delio el contemplativo; ellos eran jóvenes y dedicados a la pesca. Vivían con sus ancianos padres en una casa humilde.

Tenían un bote llamado «La Margarita» con el que reportaban abundante pescado que enviaban a Ica, ganándose así la vida.

Un día salieron a buscar corvinas, por lo que se internaron mar adentro, junto con otros botes de pescadores.

Para ellos era solo una actividad rutinaria, sin embargo, al cabo de un rato, se desató una paraca o viento fuerte.

Los pobladores de San Andrés sintieron miedo, pues el viento solía empujar a las embarcaciones contra las rocas filudas de una punta de tierra llamada «El Boquerón», cobrando víctimas.

RESUMEN LA PARACA - Abraham ValdelomarLos pescadores más viejos recordaban episodios de ese tipo.

Al anochecer y a hasta el día siguiente fueron retornando una tras otra todas las embarcaciones, menos «La Margarita».

Entonces salieron quince embarcaciones a buscarla, pero desgraciadamente no divisaron ningún rastro del bote perdido, ni de sus ocupantes.

La búsqueda se intensificó en los días siguientes, pero al llegar el sexto día la esperanza se había perdido.

Rosa, una muchacha que amaba a Delio, iba todos los días a la playa a contemplar el mar y sufría mucho al no divisar buenas nuevas.

Al séptimo día el pueblo imaginó lo peor. Todos estaban muy desolados, pero especialmente Rosita y los ancianos padres de los jóvenes extraviados.

Dándoles por fallecidos, algunos se vistieron de negro y otros se amarraron cintas negras en los brazos. Como señal de duelo, ninguno salió a pescar durante ocho días.

La casa de las jóvenes, otrora alegre y lucida, quedó abandonada. Nunca se encontraron los cuerpos de las víctimas.