Luciano es un joven que está en un club de gente bien. Le anuncian que lo esperaban.

Era un tipo desaliñado y de un aspecto que no encaja con el ambiente del club y que denota la carencia de medios de parte del hombre.

Quedaron en encontrarse en otro sitio.

En la tarde se encontraron y se dirigieron por indicación de su padre hacia un bar, en donde su padre conocía a todos y presentó orgulloso a su hijo.

Empezó a mentir con respecto a su hijo y a él porque los hombres crean un mundo ficticio cuando se encuentran al frente de una botella. Los concurrentes veían con extrañeza a Luciano.

Conforme pasaba el tiempo y los tragos aumentaban Luciano, a pesar del rencor que guardaba por su padre por haberlo abandonado a él y a su madre, sintió admiración al verlo jugar sapo y vencer a sus adversarios.

Ese tipo charlatán, mentiroso y guarapero tenían su admiración.

Se dirigieron, a petición de Luciano, al club "Once Amigos Bolognesi" en la Victoria.

Allí cerraron el club, todos tomaron por cuenta de Luciano.

Lo miraba y un impulso lo llevó a besar a su padre en la boca. Todos se quedaron mudos, desconcertados.

Luego su padre le confesó que él se había ido de la casa porque no aguantaba estar en medio de la pobreza y la angustia.

Además su madre se acostaba con todo el mundo.

Luciano lo golpeó y luego se dirigieron a la calle en donde buscaron un lugar apropiado para liarse a golpes.

Luciano recibió un buen golpe a lo que respondió con igual o mayor intensidad.

Su padre se encontraba en el suelo retorciéndose, Luciano se alejó, pero al regresar encontró a su padre dormido, lo miró y lo compadeció; le puso en su dedo el anillo con rubí que él llevaba. Seguidamente se alejó.