Doña Inés, joven y bella, entabla amistad con David, un inglés de gusto refinado e ideas liberales que la pretende con discreción durante su visita a la hacienda de los Fonta.

En Venezuela corren los tiempos de la terrible lucha por la independencia, en la cual se enfrentan los bandos independientes, comandados por Simón Bolívar, y realistas, dirigidos por Boves, un fiero caudillo.

El capitán David y su amigo Fernando Fonta viajan a la ciudad, y al regreso se encuentran con que Presentación Campos incendió la hacienda y abusó de Inés, quien se ha vuelto loca. Ambos jóvenes salen a perseguir al bandido y el inglés muere a manos del ejército de Boves, al que se ha unido el mayordomo con algunos esclavos de El Altar.

Inés, loca y sin dinero, vaga de un lado a otro buscando a Campos para matarlo. En el camino conoce a la Carvajala, una mujer que se había entregado al violador de Inés y aún lo ama. Para proteger a su amante, la Carvajala señala a Inés una dirección equivocada.

Los dos últimos capítulos muestran a las dos figuras históricas que constituyen los polos entre los cuales deben definirse los personajes de la novela: Boves y Bolívar.

Fernando se une a los independentistas, con quienes debe enfrentar a Boves en la que será la última batalla.

Su idealismo no le permite sumarse al combate y, blanco fácil del ataque enemigo, encuentra la muerte.

Campos se deja llevar por la euforia de la lucha y entra en un pueblo dominado por las tropas insurgentes, donde cae herido.

RESUMEN LAS LANZAS COLORADAS - Arturo Uslar PietriEl último capítulo es verdaderamente magistral. Presentación nunca verá a Bolívar, sólo al escuchar el nombre del libertador sabe de su próxima llegada al pueblo donde se encuentra prisionero.

En una dramática escena final, el antiguo mayordomo de la hacienda de los Fonta hace un inmenso esfuerzo para ver a su enemigo, pero aquel inútil gesto le cuesta la vida.

"La lanza fría en el brazo desnudo. El caballo loco bajo las piernas cerradas. Ahora estaba tendido sobre la tierra húmeda. ¡Carvajala! ¡Carvajala! [ ... ]

Se siente desfallecer de debilidad. Las heridas le producen un dolor exagerado. Si hubiera de morir. No; no quiere morir. No podría ir a la guerra, ni usar su fuerza, ni hacerse un jefe.
Estaba hecho para andar guerreando con sol. ¡Carvajala! Ahora lo estaba esperando. Él se iba a morir. Ella lo esperaba [...]

¡Bolívar viene! Aquel hombre a quien odia tanto, por cuya causa está casi reducido a la muerte. Quería verlo. Si tuviera fuerzas, si pudiera fugarse y matarlo [...]

La guerra. Ya no puede ir a la guerra. Ahora está inutilizado. La guerra para ganar tierras y dominar ciudades [...]

Allá, a lo lejos, se ve a caballo a Bolívar. Él no lo ha visto nunca. Viene. Presentación Campos siente que está llegando. Que en algunos instantes va a pasar cerca de él. Un calosfrío le hace vibrar los nervios. Viene. Aquel hombre que lo ha obsesionado. Que ha obsesionado toda la tierra de Venezuela.

Está llegando. Va a pasar junto a él. Podrá verlo pasar a caballo. Haciendo un esfuerzo le verá la cara [ ... ]

El griterío inunda las paredes, el techo, la sombra, y fatiga el delirio del herido. Siente el hervor de la sangre, de la sombra, de la tierra [...]

Aquél es el momento.
Lo siente llegar. Ha llegado. Está pasando junto a él en aquel instante. Con una fuerza como para llevarse diez hombres con la lanza, empieza a levantarse. El dolor lo atraviesa. Se alza lentamente. Se va incorporando [...]Está en cuclillas en el suelo [...] Ya sus dedos lo están viendo. Continúa el esfuerzo con una infinita calma dolorosa. Sube. Ya va a llegar. Falta apenas un tirón más [...]

Llega. Llega. Va a verlo. Está allí.
Sus ojos rozan el borde de la ventana. ¡Aún más! Un infinito frío lo golpeó de pronto […]

Un gran frío le cala el dolor de las heridas. Suavemente dejó resbalar la mano de la reja, y fue a desplomarse sobre la tierra húmeda, la carne pesada de muerte"