El gaucho y payador  Martín Fierro, rodeado de curiosos, cuenta sus desventuras en una pulpería, haciendo una evocación de la época en que vivía contento y seguro en su rancho, sabiéndose esposo y padre, con un trabajo placentero y el orgullo de ser libre.

Pero lo detienen y enganchan para el servicio militar en los cuarteles de la frontera, junto con otros de su misma condición.

Luego de tres años de maltratos, trabajo duro, guerras contra los indios, sufrimientos y privaciones, sin recibir paga alguna, Martín Fierro, huyó a su rancho: desertor, pobre y desnudo/ a procurar suerte nueva.

Pero al llegar: no hallé ni rastro del rancho/ ¡sólo estaba la tapera!/ [...] sólo se oían los aullidos/ de un gato que se salvó.

Tampoco estaban allí su mujer y sus hijos. Más tarde supo que las autoridades los despojaron de todo y cada quien se marchó por distinto rumbo.

Transido de pena y perseguido por desertor, Martín Fierro jura vengarse y se hace gaucho malo. Vaga por la pampa y frecuenta las pulperías. Un día, estando ebrio, mata a un negro a quien había provocado. Huye del lugar y se refugia en el campo.

Hasta allí lo persigue la policía y lo acorrala. Pero él no se arredra y enfrenta a los milicos.

RESUMEN MARTÍN FIERRO - Jose HernandezEl sargento Cruz, miembro de la partida perseguidora, admirando el valor de Fierro, se pone de su lado y entre los dos derrotan y ahuyentan a los perseguidores; luego, se marchan para guarecerse en territorio indio, a pesar del riesgo que ello implicaba.

Martín Fierro encuentra en el gaucho Cruz —quien le cuenta su historia— un amigo leal y valeroso que ya enfrentó los abusos de las autoridades.

Con este pasaje termina la primera parte de la obra.

En La vuelta de Martín Fierro, el gaucho payador relata cómo él y Cruz, luego de atravesar el desierto, llegaron a territorio de indígenas.

Allí fueron hechos prisioneros y durante cinco años llevaron una vida de penurias junto a los indios.

Las costumbres salvajes de éstos empavorecieron a los dos gau¬chos. Martín Fierro también describe los bailes, fiestas y malones de los indios. Más tarde, Cruz muere a causa de una epidemia de viruela entre los nativos.

Finalmente, el payador logra huir después de dar muerte a un indio que se complacía en azotar a una cautiva blanca. Con ella llega a tierras cristianas, se despiden y él regresa a la frontera.

En una estancia hay fiesta y el gaucho participa en ella. Como de costumbre, canta sus desgracias. Sus dos hijos ahí presentes, han escuchado el relato, se le acercan y en emotivas estrofas narran sus vidas a partir de cuando él fue obligado a marcharse del hogar. El mayor de ellos estuvo injustamente en la cárcel, y el menor fue estafado por su propio tutor, el viejo Vizcacha, y por el juez que conocía su causa.

Luego aparece Picardía, un nuevo personaje, hijo del sargento Cruz. El también, por instigaciones de un individuo al servicio de un juez corrupto, fue enrolado en el ejército para pelear en la frontera.

En la misma reunión hay un negro cantor que comienza a increpar a Martín Fierro. Es el hermano del hombre que antes había matado. Ambos se traban en ingenioso diálogo cantado y demuestran tener conocimientos e inteligencia suficientes. El negro quiere vengar a su hermano, pero la concurrencia evita la pelea y Martín Fierro se marcha con sus hijos.

Sin embargo, la pobreza les impide permanecer juntos y deben separarse-, pero, antes de hacerlo, Martín Fierro aconseja paternalmente a sus hijos y a Picardía, diciéndoles: es mejor que aprender mucho/ el aprender cosas buenas.

El gaucho les habla de la amistad, la lealtad y la prudencia. Luego se despiden con gran emoción y cambian sus nombres para no ser reconocidos.